Sentada en mi parada.. Porque sí, tantos cafés juntas que la convirtieron en mía aquella parada de autobus.
Misma hora mismos pies...mismas caras mismas voces...pero diferentes zapatos...y vuelta a empezar otra vez, pero siempre desde la otra acera.
Dos mundos paralelos que nunca llegan a juntarse...su acera y mi acera.
Pero de repenté...salté! Y con una sonrisa los de enfrente ahora son los de al lado.
Hoy ya no me subo a ese autobus.
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