Me encanta pensarte.
Disfruto imaginandome perdida entre esas calles, sentada en la mesa de madera de roble de aquel bar..o paseando al ritmo de esos tacones
Y es que me encanta perderme..me hize adicta al desconcierto y al no encontrarme. Tanto que perdí mis pasos en el camino.
Jugué q ser ése de negro o ésa de la mochila hortera, jugué a meterme en tu cabeza y se cerraron las puertas.
No me importó alejarme, tanto que me dejé ir...y de repente mi reflejo me despertó,clavándome su mirada com el café de las 5 de la tarde.