miércoles, 8 de junio de 2016

Los charcos de barro

Sabes esa sensación de que las princesas no existen, de que la corona se cae al suelo y te quedas sentada en un charco de barro pensando quien te vendió la moto de que la princesas existen.


Te quedarías horas mirando a esa pared blanca, rezando que alguien te saque de ahí y sin saber muy bien a dónde irías.  No hay nada más triste que se te olvide que te hacía feliz.  Te asusta parpadear por si acaso todo se vuelve oscuro para siempre. Te repites que mañana todo habrá pasado, o quizás al otro. Te recuerdas a ti misma como has llegado hasta ahí mientras intentas levantarte.


Aun con todo, piensas que eres fuerte y que el viento no podrá contigo y este frío desaparecerá en cuanto dejes de temblar. Te mira desde el espejo y te deja inmóvil. Sabe a sal y es de color negro. Te sientes segura cerca del suelo...pero deseas con todas tus fuerzas un abrazo y una mano. Pero quizás esta vez tengas que levantarte sola....


Que no te de miedo la oscuridad, ni una voz, que no te paralice un gesto ni te tiemblen las rodillas por el siguiente minuto. vuela muy alto y vuela lejos, hasta que todo se vuelva tan pequeño que a penas puedas verlo, pero que no desaparezca, déjalo de recuerdo, disfrazado de cosa bonita y escòndelo entre experiencias, pero que nunca huela así....que nunca más sea de color negro.

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